Hoy quiero rendir un homenaje a mi profesor de diseño gráfico. El maestro que me transmitió esta pasión por la profesión. 

Se llama Alfredo Saavedra, y tuve la suerte de conocerlo en la mítica Escuela Panamericana de Arte de Buenos Aires, muchos años antes de venirme a Madrid.

Diseñador gráfico y docente en la Universidad de Buenos Aires. Él fue quien me hizo querer esta profesión y entusiasmarme por los desafíos que la comunicación visual nos plantea.

Me enseñó a pensar, analizar, a ser coherente en mi profesión.

Hace poco descubrí que alguien había diseñado el cartel que muestro aquí, en honor a él. El autor se llama Juan Francisco Miranda. Y supongo que habrá sido alumno de Alfredo. Me pareció un excelente retrato de mi profesor. Con su inseparable pipa y el lápiz en la mano.

Saavedra siempre se negó a usar ordenador. No sé si aún seguirá resistiendo. De todas maneras, creo que no lo necesitaba. Alfredo es ante todo un pensador. Del diseño y de muchas otras áreas de la comunicación.  Y es un vivo ejemplo de que el diseño no tiene que ver tanto con las tecnologías, que son un instrumento, y sí con el pensamiento.

Este es mi pequeño homenaje a mi querido profesor.

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